El veneno del Nómada
" La tercera opción es la correcta. Cuando el malo de la novela te hace elegir entre salvar a la chica o a tu colega, la unica opción válida es la invisible. Salvarles a los dos" M. Gonzalez Ulises no conseguía vivir de nuevo en el pulso de la soñada ciudad de Itaca. Añoraba el mar. Estaba infectado con el veneno del nómada, y la enfermedad del viajero ya le había calado hasta los huesos. No quedaban, por tanto muchas opciones. Quedarse y dejar que se le muriera el alma, o partir muriendo por lo que dejaba atrás. Penélope fué la que encontró la tercera opción, esa que resuelve todos los dilemas. - Me voy contigo. - dijo resolutiva- A ver si te crees que me voy a pasar toda la vida en stand-by. Y se fue a hacer la maleta. A Ulises no le quedó otro remedio que ir hasta ella, apartarle la negra melena de la cara y abrazarla, con tal ternura y alegría que dejó vibrando toda Itaca.