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Mostrando entradas de abril, 2009

Adelantando Beltaine

La vigilia se mezcla con el inconsciente en una cuerda floja peculiar. Cuarenta y cuatro , cuarenta y tres, cuarenta y dos, voy bajando los escalones de piedra, a veces de espaldas, a veces hacia delante. Las espirales se suceden, caracoles decrecientes, treinta y cinco, treinta y cuatro, el tamaño de los escalones crece y mengua bajo los influjos de lunas inmisericordes. La piedra permanece, mutando en sí misma invariablemente. Doce, once, diez, once no, nueve, ocho, el espacio cada vez es más pequeño, cada vez soy más pequeña, tres, dos, uno, oscuridad, el hueco se reduce al contorno de mi cuerpo encogido sobre sí mismo. Cero. La frente contra las piernas, la curva esférica de la espalda. Quietud. Pero algo ajeno, dañino ha venido en mi regreso. Alzo una mano hasta el cráneo . Busco a tientas, los dedos encuentran algo, agarran, tiran. El largo alfiler sale despacio del hueso. Lo miro sin sorpresa, tiene nombre propio y me hacía temer. Lo hago arder sobre la palma de mi mano. Apenas

Tan

Tenía 14 años. Una tarde a la semana iba a jugar sola a la biblioteca. Paseaba por las estanterías, acariciaba los lomos de los libros, seguía un patrón cuidadosamente aleatorio. Me relamía considerando a mi próximo elegido. Poemas de Becquer, historias sobre El último dragón... Cualquier cosa que llamase mi atención. Aquel libro estaba ligeramente sobresaliente de la hilera. Era un voluminoso volumen, con un anodino "Relatos 2" en la portada. Leí en autor, era de un tal Julio Cortazar. Me llevé al desconocido a casa, apretado contra el pecho. Así comenzó nuestra historia de amor. Unilateral, es cierto (o relativo), casual, intenso como cualquier juego, como caminos repetidos. Su particular acento grabado en mí (tanto como en aquella cinta magnética que me regaló Javier, mi profesor de literatura (y sin embargo amigo, como le gusta añadir a él)) Y sin embargo, aún no he terminado de leer Rayuela. Un cúmulo de casualidades y mi tendencia a no poseer los libros más que el tiemp