Nora es una superviviente. No recuerda cuantos días lleva puesta la chamarra verde, ni carajo le importa. Nora piensa que el mundo es vacilón, pero también hermoso. A veces te clavá por la espalda, otras te ofrece la mano, no hay que darle bola, dice, sácale todas las manos que podás, y reite cuando te la esté jugando. Así no más te quedás tranquilo. Nora se mueve y mira como un felino, pero cuando ríe, lo hace con toda la boca. Y lo hace bastante a menudo. Sabe que tiene unas lindas caderas. A Nora no le gustan los que se creen con poder, ni el olor a viejo, ni el sabor a sangre ni las iglesias. Cree que el dulce de leche es un paraíso por sí mismo, y cultiva adicciones sin excesiva meticulosidad. Cuando tenía 17, los pibes de la cuadra la llamaban La doce , como rememoración de su hazaña. Doce fueron los caballitos de tequila que le cupieron entre pecho y espalda, mano a mano contra el hijo del chatarrero. El mundo es fuego, recuerda que decía la viejita de su madre. Nora a veces s
Comentarios
Como si la confusión estuviera en nosotros.
Y fuera menor al decirlo.
Porque entonces se convierte en fascinante
Un beso.
Abrazo orgiástico.
Plinio.
O era Dinio...no, Dinio era la noche. No sé, es todo tan confuso.
A mi me fascina la imagen. Ya casi había olvidado las máquinas de escribir. Y la frase es muy cierta; queda estupenda como el principio de algo.
Aunque hay que reconocer que, por el contrario, a veces la vida es pura confusión. Sobre todo en los minutos siguientes a sonar el despeeeeertador.
"Me gustas cuando te concretas porque estás como ausente" Este es mío ¡Yeah!
Abrazo de tierra y musgo.