la prosa arrodillada
Quiero rezar la prosa del dios de las palabras.
Conformar un credo con las sílabas bien talladas de la imagen.
Habitar el paraiso sintáctico, benevolente en suficiencia como para abrazar a los que descreemos, a los que no inventamos. A todo Judas, y a las traiciones menores del pan y la desidia. Restaña las heridas de los que olvidamos las plumas metafísicas a nuestra espalda.
Y consuela a los que nos ahogamos en la más grande de las palabras, creyendo que su luz no iba a gastarse nunca. Libertad y fiereza se han perdido, envuelve a la ovejita dócil y fea, porque lo necesita más que el aire. Derrama tu piedad sobre nosostros idólatras deslumbrados, amantes, asesinos, durmientes. Si no supimos conservar regalos luminosos, es porque la costura se clavaba con la saña del colmillo en la parte de adentro del alma, regalos trucados de la reina, la adorada enemiga. La diosa de los solitarios. Para salvarnos, déjanos las palabras.
Conformar un credo con las sílabas bien talladas de la imagen.
Habitar el paraiso sintáctico, benevolente en suficiencia como para abrazar a los que descreemos, a los que no inventamos. A todo Judas, y a las traiciones menores del pan y la desidia. Restaña las heridas de los que olvidamos las plumas metafísicas a nuestra espalda.
Y consuela a los que nos ahogamos en la más grande de las palabras, creyendo que su luz no iba a gastarse nunca. Libertad y fiereza se han perdido, envuelve a la ovejita dócil y fea, porque lo necesita más que el aire. Derrama tu piedad sobre nosostros idólatras deslumbrados, amantes, asesinos, durmientes. Si no supimos conservar regalos luminosos, es porque la costura se clavaba con la saña del colmillo en la parte de adentro del alma, regalos trucados de la reina, la adorada enemiga. La diosa de los solitarios. Para salvarnos, déjanos las palabras.
Comentarios
te espero con la moto arrancada a la salida de la iglesia.
Y la verdad, tus letras son para caminarlas despacio, sin prisa, sentirlas mientras las imágenes corren desbordando enigma.
Me detuve en esta plegaria, en tu rezo, en tu súplica, y me pregunté si la idea llegará a destino...,a esos confines, a los astros donde algun Dios necesitado de seguidores consume súplicas y cuelga los rezos en el tendón del universo, al borde de la utopía... en fin... ojalá así fuera, deseo que así sea.
Un gusto, de esos buenos, haber seguido tus pasos y sentarme a lomos del Caimán.
Si no molesta, la visita habrá de repetirse.
Saludos!
Los que no inventamos sabemos lo que significa pedir que nos queden las palabras para decirnos.
Formidable escrito, amiga.
I missed you too.
Cuéntame sobre Figueras cuanto antes. Permíteme un fuerte abrazo.