El final siempre es un principio (y viceversa)


Llevan mis mandíbulas masticando décadas la idea. Itaca quedó atrás, el barco se quedó en el puerto que busqué, pero el movimiento continua. Y a pesar que el tiempo (el real) se me escurre como escamas de pez, vuelvo a estos parajes.
Cambio de cara y de color, sobre todo de método de transporte.
Es un placer la vuelta.

Comentarios

ybris ha dicho que…
No importa el transporte.
Importas tú.
Te echaba de menos ¿sabes?
Contigo ahora más a gusto.

Un fuerte abrazo.
Edu Solano Lumbreras ha dicho que…
Navegar siempre es preci(o)so. ¿Pero qué hacer cuando la piel ya no se aviene a lo que toca?

(Me quedo con el aroma suspendido del Chardoney para los viejos amantes)
Anónimo ha dicho que…
Yo prefiero el melancólico viaje a Itaca, las lluviosas tardes de verano.

Pero al menos te tenemos aquí.
Pedro M. Martínez ha dicho que…
Se acaba el año.
A lomos del Caimán has publicado lo selecto.
Te he leído.
Me he impacientado cuando no publicabas cosas nuevas, ideas, sentimientos, poesía.
Ahora se acaba el año y aquí seguimos.

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