ron con naranja

La noche ha empezado con un tremendo dolor de cabeza, pero mis amigos se habían reunido para dedicarnos una sentida despedida, y en homenaje, yo no podía menos que extirpar ese malestar idiota, y disfrutar de esa gente que la fortuna ha tenido a bien poner en mi camino. Me resulta personalmente curiosa esta capacidaz etílica de ser sincera, pero que mis sinceridades en vez de alejar a la gente le hagan darme abrazos. Exaltación de la amistad, me dice Edu, aún mas cargado que yo. En el fondo me doy cuenta que me es más fácil poner el alcohol de excusa para contar lo que siento, en vez que eso mismo me modifique la actitud. No sé si se me entiende y además me da igual, acabo de escribir un email que ahora mismo borraría, porque el destinatario se merece estar tranquilo y vivir sin que yo le moleste, pero ahora mismo no soy capz de abarcar todas las consecuencias de mis actos. Ergo, ya lo pensaré mañana, eso ytodas lasconversaciones mediadas que he dejado esta noche. A veces me viene grnial escapar del ferreo control que ejerce mi voluntad y ser por un instante la equivocación que deseo.

Comentarios

Misántropo ha dicho que…
Pues yo estoy más con lo de la exaltación, que dice Edu; bellísima costumbre hospitalaria, por otra parte.
Para decir (saber) lo que realmente pienso (siento), prefiero esperar a la mañana siguiente; naranja con dolor, humo y café.
Un abrazo resacoso.
Anónimo ha dicho que…
A mi lo que me pasa es que si voy caliente y bebo suelto todo lo que me pasa por la cabeza, y muchas veces son cosas que no se deberian de decir, sobre todo si incumbe a la gente que está bebiendo contigo. Y encima a la mañana siguiente sabes que la has liao pero no sabes que es lo que has dicho exactamente. Y lo raro es que no me odien todos.

Me gusta la última frase.

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