Haunting

"Every road I walk alone, I walk alone with you"
El sueño es caótico. La gente se agolpa en las entradas, en los pasillos, en las escaleras. Hay bolsas, maletas, inverosímiles artefactos por doquier. Es el comienzo de algo, la gente habla fuerte, en varios idiomas, hay risas, abrazos de reencuentro, peleas por los ascensores. No sé muy bien como he llegado allí, además a mi equipaje le faltan varias cosas imprescindibles, pero debí hacerlo deprisa. De pronto veo a uno de mis amigos, hace un año que no le veo, pero nos hacemos las mismas bromas. Ven, me dice subiendo por encima de las mesas, yo sé donde estamos todos. Empieza a aparecer más gente, todos hablan igual, llevo mucho sin ver a ninguno de ellos. Mi mente, lanza una rápida advertencia, o tal vez una esperanza entre aquella alegría. Porque si están todos, eso incluye a alguien, esperanza y advertencia. Así es, una sonrisa desprotegida me cruza la cara. Está cambiado, con el pelo más corto. Pero las manos. Los dedos largos se mueven igual, aletean detrás de las palabras cuando habla. La sonrisa incauta por fin ve el precipicio, la brillante trampa, se queda al borde, haciendo equilibrios, al fin se recupera y empieza a levantar la empalizada necesaria, a toda prisa. Pero no es suficiente. Basta que hablemos cinco minutos, que le busque el azul con los ojos, que sostenga así la mirada, que apenas me roce las manos, para saber que la batalla está perdida. Entonces pongo excusas y me largo, tengo que buscarme otra casa, porque sé que otra vez pasará lo mismo, algún día aparecerá con dos chocolatinas de Cadbury’s en mi habitación, y a mi no me quedará más remedio. Pero el sueño es caótico y alegre, disfruta de espirales. Veo una casa que conozco, abandonada y preciosa, sé que sería capaz de restaurarla, pero debo sentarme a reflexionarlo. El sueño disfruta de espirales Me coloca en la noche al aire libre, se escucha el mar, subo una escalera, evidentemente sabía con quien me tropezaba antes de elevar la mirada. Me habla con urgencia, en voz baja. La expectación de su cercanía es tan intensa que casi duele. Pero yo solo puedo pensar como el mar, deseando al mismo tiempo el avance y el retroceso. Pero recuerdo mi fortuna, y el camino está marcado, me escapo por segunda vez. Go foward. Me siento enfrente de un mar indescifrable bajo la noche, con los ruidos de la gente muy atrás, a mis espaldas. A solas. No va a venir, y sé que es mejor así.

Cuando despierto, mis manos tienen aún la memoria de su temperatura.
Las dos voces de mi cabeza vuelven de esos dominios nocturnos que no puedo controlar. Se desperezan como panteras rencorosas. “¿Pero que demonios? Se puede saber que haces aún así? Eres tonta, aún deseando ese avance ¿Acaso no ha pasado suficiente tiempo?” La otra contraataca, desde la posición opuesta “ Bueh, ¿y qué? Siempre escapándote, eres tonta... ¿qué hubiera cambiado por que hicieras lo que deseabas en un sueño?”

Tengo un traidor entre mis propias filas. Los sueños siempre han estado de su parte.

Comentarios

ybris ha dicho que…
Sueños caóticos porque somos caóticos.
Que al despertar den la razón al otro puede ser debido a que aspiramos a lo mejor, que -equivocadamente- atribuimos siempre al otro.
Dichoso inconformismo.

Besos.
Anónimo ha dicho que…
Los sueños son mentirosos. Los sueños, sueños son, por eso es mejor olvidarlos, porque luego todo se te cae encima, son cimientos de crital.

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