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A veces tengo ganas de equivocarme, en una única y grandiosa equivocación, meterme de lleno para demostrar que soy humana, y sobre todo que puedo decidir. No solo lo bueno, si no lo que decida. Cada vez las máscaras son más sutiles, más elaboradas, casi pueden defenderse, argumentarse, incluso pueden vivir por sí mismas. Pero total, ocultan lo de siempre, la necesidad de hablar, y por encima, incandescente y torturadora, la constante necesidad de ser entendida. Sigue sin funcionar. No encuentro espacio, aunque busque constantemente dónde crearlo. Ni lejos, ni cerca, ni entre los míos, ni entre desconocidos. Soy huérfana de patria porque nací con el vacío taladrándolo todo. Y así sigo.
Admito que hay personas, a veces, brillos efímeros que templan este universo desabrido. Estrellas fugaces que tarde o temprano se instalan en el adiós definitivo al que les confino sin saber cómo. Porque, no vamos a engañarnos a estas alturas, no busco más responsabilidades que en mí misma. Vale, lo sé, pero tampoco sé con que armas cambiarlo, dónde están mis hermanos, dónde los de mi raza, los que no se escandalizarán por mis palabras, lo que puedan entender que la cordura no siempre está al alcance. Los que no jueguen para conseguir nada, los que sean de una pieza para enseñarme a serlo. Los que no busquen solo una parte fragmentada de esta que soy, una parte sencilla de llevar, edulcorada, sonriente, brillante.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pero es que estamos solos, vivimos solos, y siempre lo estaremos.

Pero todo consiste en eso, en estar solo, ser alguien singular, no parecerse a la masa estúpida, erigirse.

La soledad es nuestra bendición y nuestra condena.
Anónimo ha dicho que…
Quizá la mayor cordura consista en saber hacerse viejo sin llegar a ser adulto. Aunque no necerariamente ha de ser a costa de todo, espero.

Tú lo has dicho, brillante.

Kiss.
ybris ha dicho que…
Hondas reflexiones que adensan las horas de los huérfanos de patria.
La vida se nos muestra a menudo como lugar de exilio.
Las personas que entibian nuestro exilio existen aunque las releguemos al adiós y aunque asumamos todas las responsabilidades.
Por aquí, sin ir más lejos, se encuentran a veces quienes nos aceptan en la totalidad de todo lo que somos o de todo lo que queremos mostrar que somos.

Muchos besos.

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