De latidos, sonrisas y otros insectos.
Hoy me he levantado con una sensación extraña (pero no ajena) galopándome las venas. Subiendo, bajando, alborotándome. Así, sin permisos ni previo aviso. Y no, no es la cafeina.
Sonrío sin motivo mientras paso las facturas. Canturreo sin darme cuenta. Cuando el jefe viene con su imperterrita seriedad a pasarme pedidos, pongo cara de poker para que no se me note. Hay determinada impudicia en esta alegría misteriosa que me está arrasando hoy. Y no sé a que es debido. Me recuerda a una sensación no muy lejana, pero no veo que puede ser lo que la motive.
En realidad, todos estos signos malignos apuntan a esa enfermedad común llamada enamoramiento, pero me temo que ese diagnóstico no coincide. Esta vez los químicos de mi cerebro se han patinado y se han puesto a producir mariposillas sin nada especial que lo motive. Pero e voila, aqui estoy canturreando y sonriendo mientras escribo, como si tuviera un secreto muy importante brillando en un bolsillo.
Además, ultimamente tengo sueños preciosos.
Sonrío sin motivo mientras paso las facturas. Canturreo sin darme cuenta. Cuando el jefe viene con su imperterrita seriedad a pasarme pedidos, pongo cara de poker para que no se me note. Hay determinada impudicia en esta alegría misteriosa que me está arrasando hoy. Y no sé a que es debido. Me recuerda a una sensación no muy lejana, pero no veo que puede ser lo que la motive.
En realidad, todos estos signos malignos apuntan a esa enfermedad común llamada enamoramiento, pero me temo que ese diagnóstico no coincide. Esta vez los químicos de mi cerebro se han patinado y se han puesto a producir mariposillas sin nada especial que lo motive. Pero e voila, aqui estoy canturreando y sonriendo mientras escribo, como si tuviera un secreto muy importante brillando en un bolsillo.
Además, ultimamente tengo sueños preciosos.
Comentarios
Alguien alegre, cantarina, sonriente,
con mariposillas y secretos dentro...
Y, encima, sin estar enamorada.
Pues merecías estarlo.
Ven que te abrace.
Juega a la lotería. A ver qué pasa.
Pienso que la raíz de tantas deslealtades está aquí.
Un fortísimo abrazo.