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...y la besé otra vez,
pero ya no era ayer,
sino mañana.
"Donde Habita el Olvido", Joaquin Sabina


Hacía un rato que los amantes habían terminado de comerse las bocas. Habían terminado todo lo que había en el plato, y él recobraba la respiración contra el hombro femenino, abrazándola. Piel a piel aún. Aún volcado en la inauguración del deseo.
Ninguno de los dos pensaba nada concreto. El amanecer empezaba a robarle dominios a la noche.
Le gustaba mirarla así, cerca, le mataba que no retirara la mirada, que le sonriera con los ojos, que tuviera los labios enrojecidos de besos. Callados. Con su carga de secretos, con su ternura inmerecida.
- You are fucking adorable
Ella rió
-Why do you say this kind of obscenities to me?
- What obscenity?fucking or adorable?
- Second
-´Cos you are so beautiful- Ella torció el gesto
- And you are so young and so stupid…
Entonces fue él quien rió y volvió a besarla

Pero hoy no era ayer, sino mañana…
El sueño entró de puntillas en la cama, ella rescató la sábana desterrada a algún lugar, puso la cabeza en la almohada, sonrió al ver su sonrisa y le tocó la nariz con un dedo. Él no pudo evitar sonreír, volver a besarla, notar que ella se acurrucaba como un pájaro, y estrecharla más contra su cuerpo.
- Me gustaría estar así para siempre... - dijo con un suspiro, con la voz enronquecida
Ella acusó el golpe con un levísimo estremecimiento. Él no lo noto.
- Siempre es una palabra que queda muy lejos.
- I don’t care...
- Pero a mi si, blue eyes, no vayas por ese camino...
- I don’t care... I love you- replicó él, intentando abrazarla.
- Hey, hey, take it easy, honey- dijo ella, zafándose. De pronto faltaba aire fresco en la habitación y comenzaba a ser absurdo estar desnuda. El sol comenzaba a entrar por la ventana.
Se levantó y comenzó a vestirse
- ¿Cuándo te vuelvo a ver?-preguntó él, con mueca de irresistible en la cara- ¿El domingo?
-¿Por qué esperas que volvamos a vernos?
Él se encogió de hombros, como si fuera una respuesta obvia.
-El domingo voy a verte, a besarte y a darte un masaje
-No- respondió simplemente ella, calzándose las deportivas.
-¿No?
-No. Sencillamente,blue eyes, prefería imaginarte - dijo ella desde el quicio de la puerta. Y era verdad. No le lanzó un último beso.