Otra vez, tendré que madrugar mañana

Me dicen que soy una postergadora.
Que por mí se inventó ya lo haré mañana.
Me miras desde la azul profundidad de tus inquisiciones y no puedo más que sonreir por dentro. Y darme por vencida. Postergar, madrugar mañana y terminar lo que en este momento debería estar haciendo.
Lanzas hipótesis, me analizas, juegas, pruebas. Lo que pasa, teorizas, es que eres una perfeccionista, el problema es que exijes tal precisión en lo que realizas, que no puedes más que terminarlo mañana. Demandas más tiempo, por supuesto, es imposible terminarlo enseguida.
Me reclino en la butaca, apoyo los pies en la mesa y me encojo de hombros.
O tal vez, modificas, lo que ocurre es que hay un temor inconsciente a no realizarlo tal y como deseas, y esa necesidad en sí es la que te impide entregarte a ello, lo dejas para mañana, porque tal vez crees que mañana estarás más dispuesta, más inspirada, que tendrás más ideas.
Sigo mirándote, me fascina ver como te enredas con tus propias teorías, me sorprenden los giros inesperados de tu mente.
En el fondo, aseguras, lo que subyace en el fondo es el temor a terminar lo que empiezas, porque cada proyecto que acaba significa una pequeña muerte, en esa relación extraña con el ´tanathos que tiene cada fin, cada realización. Esa danza que postergas para mañana es simplemente ese intento fútil de todo ser por alejar la muerte.
Te sonrio otra vez, en realidad por que Charlie Parker me eriza la piel siempre en esta sucesión concreta de sonidos, de alas luminosas.
Me miras, como buscando respuestas. Un poco fastidiado añades, um... tal vez sea solo pereza.

¿A que decirte nada? Solo señalo con la mirada las nubes a través de la ventana. La imponentes nubes negras que están descargando toda su potencia líquida contra los cristales, mezclando su sonido con las notas aquí dentro. Me estremece la fuerza con la que siento que las gotas levantan la tierra, que se estrellan contra los árboles del bosque que se extiende desde aquí.
Es la pregunta lo que no funciona, no las respuestas, te diría. Porque partes de un dogma que no es cierto. Postergadora. Justamente al reves, juraría. Sufro un exceso de presente, soy incapaz de postergar este momento para mañana. Soy incapaz de evadirme de este momento de tormenta enfebrecida, de la explosión acerada de esta luz que es casi noche negra, del viento salvaje que sacude los árboles, de su brillo en un mosaico iluminando verdes. Soy incapaz de no rendirme a los sonidos que me inundan, la música y la tormenta que se funden, se acarician, se golpean. Soy incapaz de no percibir con cada milímetro de piel lo que significa tu presencia, de adivinar el calor que desprendes, de preveer la intensidad de tu tacto. El escalofrío asociado a la memoria que despierta tu aroma. Cómo no saborear el brillo de tus preguntas, los juegos de tus palabras al buscar respuestas, como no paladear cada parte de tí mismo que se te escapa en las palabras que eliges, en el mecanismo de tus pensamientos que descubres sin darte cuenta.
Me tienes aqui. Soy la respuesta. Y no voy a dejarte para mañana.

Cuestión de prioridades.

Comentarios

Tempus fugit ha dicho que…
Quien sabe saborear las palabras, leer en los ojos y palpar en la piel... Sabe, y conoce.

besos
Anónimo ha dicho que…
Nunca será lo mismo pensar que hacer. Querer, que tener. Soñar, que vivir.

Ser, que no ser.

Tú lo has dicho: cuestión de prioridades.

Qué bien te explicas. Que bien piensas. Qué bien sientes. Qué bien tienes que...¡Joder, mejor me callo!

¿Hala, a la camita, princesa, que mañana hay cole!

Todos los besos.
ybris ha dicho que…
Muchas son las razones para dejar algo para después:
Hacerlo mejor,
hacerlo con mejor disposición,
deseo de no acabarlo para no despedirse de ello...
o pereza.

Pero la verdad es que (bellamente) al final das con la solución:
No dejas nada de lo importante para más tarde.
Porque lo importante es la presencia que jamás dejarás para mañana.
Porque en ella te solazas hasta agotar el presente en una respuesta sin demora.

(Si no se me nota que me ha gustado volveré hasta que lo deje claro).

Besazo.
Anónimo ha dicho que…
Creo que hay una enfermedad para eso. En algún sitio lo he leído, creo que en un artículo de J.A. Marina.

Pero, bueno... Lo principal. Cada día disfruto más con lo que escribes, que belleza, qué placer en contemplar el mundo con tus ojos...
Anónimo ha dicho que…
Y SIEMPRE REGRESA LA PREGUNTA... AÚN CUANDO LA RESPUESTA SE HALLE TAN PRÓXIMA COMO LA DECISIÓN DE NO POSTERGARLO... O DE POSTERGARLO POR SIEMPRE...

QUE BUENO LEERTE...

GRACIAS...
D... ha dicho que…
Casualidades, coincidencias, sensaciónes compartidas y para sumar reflejos Charlie Parker y escalofrios...
Que buenos son estos encuentros casuales-causales...
Anónimo ha dicho que…
"Ésto ya lo toqué mañana"
CHARLIE PARKER
libertad ha dicho que…
procastinadores nos llama Zugman. Besos

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