desfragmentador de disco
Esta mañana me he despertado con la conciencia de que nunca más contaré los días que quedan hasta el 30 de Abril.
El sol entraba tranquilo por la ventana de esa habitación ajena en Lancaster Gate. Domingo. Me he vestido despacio y sin hacer ruido, y durante un tiempo que no sabría calcular (veinte minutos, dos siglos?) me he quedado sentada al borde de la cama mirando la blancura absurda de los edificios de enfrente.
Creo que es entonces cuando ha comenzado la tormenta.
He vuelto a este exilio verde y elegido, más de un mes sin estar sola son demasiados días, todas las plantas pueden morir en ese lapso. Cultivaré malas hierbas. Fuertes. Sin anestesia.
Ahora la noche (sin estrellas, ni luna, ni piedad) me acuna en sus mandíbulas, me muevo entre mesas y gente, con el frío del cristal pegado a la mano y el calor de su líquido en la garganta.
Un mefisto con la perilla canosa tortura, con sabiduría diabólica, una acústica en el escenario. Un blues arrastrado hace temblar las paredes, suena a testosterona y a sonrisa torcida de perro callejero.
Y mi tormenta arrecia.
Parece que estoy aquí, pero no es cierto. Estoy metida hasta el cuello en los fragmentos del mundo que quise creer. Lo sé, lo he sabido siempre. Pero la esperanza, esa puta persistente, siempre vuelve a susurrar mentiras para robarme la desconfianza.
No me mientas más: nunca hay sentido. Nunca lo habrá.
Ni respuestas. Solo alcanzo a interrogar el mundo. Su verdad es inalcanzable, irreductible. Punto. No me vengas con más juegos, ya me cansé.
No me sirven todas esas estructuras irreales, todas esas normas que no he decidido, toda esa cotidiana maraña de gestos que seguir, de vida real a la que encadenarse, de la conjugación de absurdos.
Entre mi esquizofrenia y la del mundo, sé con cual quedarme
El sol entraba tranquilo por la ventana de esa habitación ajena en Lancaster Gate. Domingo. Me he vestido despacio y sin hacer ruido, y durante un tiempo que no sabría calcular (veinte minutos, dos siglos?) me he quedado sentada al borde de la cama mirando la blancura absurda de los edificios de enfrente.
Creo que es entonces cuando ha comenzado la tormenta.
He vuelto a este exilio verde y elegido, más de un mes sin estar sola son demasiados días, todas las plantas pueden morir en ese lapso. Cultivaré malas hierbas. Fuertes. Sin anestesia.
Ahora la noche (sin estrellas, ni luna, ni piedad) me acuna en sus mandíbulas, me muevo entre mesas y gente, con el frío del cristal pegado a la mano y el calor de su líquido en la garganta.
Un mefisto con la perilla canosa tortura, con sabiduría diabólica, una acústica en el escenario. Un blues arrastrado hace temblar las paredes, suena a testosterona y a sonrisa torcida de perro callejero.
Y mi tormenta arrecia.
Parece que estoy aquí, pero no es cierto. Estoy metida hasta el cuello en los fragmentos del mundo que quise creer. Lo sé, lo he sabido siempre. Pero la esperanza, esa puta persistente, siempre vuelve a susurrar mentiras para robarme la desconfianza.
No me mientas más: nunca hay sentido. Nunca lo habrá.
Ni respuestas. Solo alcanzo a interrogar el mundo. Su verdad es inalcanzable, irreductible. Punto. No me vengas con más juegos, ya me cansé.
No me sirven todas esas estructuras irreales, todas esas normas que no he decidido, toda esa cotidiana maraña de gestos que seguir, de vida real a la que encadenarse, de la conjugación de absurdos.
Entre mi esquizofrenia y la del mundo, sé con cual quedarme
Comentarios
Besos orgiásticos.
Reencontrar nuestra libertad es doloroso pero necesario, es la única forma de no acabar muertos en vida.
Lúcidas y celebradas palabras después de semanas de ausencia, espero y deseo que este reencuentro con tu blues te sirva para gritar y reivindicar tu paraíso. Muchos besos.
de-"El-rayo-que-no-cesa"
Por desplumar arcángeles glaciales,
la nevada lilial de esbeltos dientes
es condenada al llanto de las fuentes
y al desconsuelo de los manantiales.
Por difundir su alma en los metales,
por dar el fuego al hierro sus orientes,
al dolor de los yunques inclementes
lo arrastran los herreros torrenciales.
Al doloroso trato de la espina,
al fatal desaliento de la rosa
y a la acción corrosiva de la muerte
arrojado me veo, y tanta ruina
no es por otra desgracia ni por otra cosa
que por quererte y sólo por quererte.
Miguel-Hernández.
No-sé-muy-bien-a-qué-es-debido-este-aguacero,
desmesurado-bastardo-del-innacido-rocío-de-una-rosa.
Mas-os-diré-que-me-pilláis-¡qué-cosa!
con-las-venas-abiertas-por-su-implacable-acero.
Acéfalo(Ayyyyyy,si-Quevedo-reestructurara-sus-cenizas)
Perdóneme-usted-la-licencia,pero-es-lo-que-me-ha-venido-a-la-"cabeza"-tras-leer-este-descorazonador(y-descorazonado)texto.Exquisitamente-"construido",sí.
Hay-una-frase-genial,a-la-que-no-me-resisto-(encima)-a-dar-la-vuelta:
"Pero-la-desconfianza,esa-puta-anacoreta,siempre-vuelve-a-susurrarme-"verdades"-para-robarme-la-esperanza."
¿Qué-tal-así?
En-fin.Mayo-no-suele-ser-(porque-lo-es)-mi-mes-de-las-flores.Disculpe-usted.
Estupenda-reflexión,en-todo-caso.Triste,triste,triste...
Abrazo-forever.
Bueno-va!En-cualquier-caso:¡¡¡Y-QUE-SEEEEAS-MUUUUUY-FEELIIIZ!!!
Cómo-desbarro,barro.
Muas.
ella, creo que me alimento de preguntas, mmm, sabrositas, lo encontrar respuestas... en fin, se acabaría la partida
El acabose, Seilgard ¿que hablábamos de libertad? si, va a ser que es eso... gracias por entenderme
Acéfalo, ay madre como me gustan tus desbarros! gracias por las felicidades, llegan con muy poquito retraso y son muy bienvenidas, igual que Miguelillo de mi corazón... por cierto, la proxima vez que tenga que voltear una tortilla te llamo: caray con la puta anacoreta, jejeje
PD si-Quevedo-reestructurara-sus cenizas, jajajjajaja
UN GRAN ABRAZO A TODOS, YA SE MA HACÍA LARGO EL NO PODER PASAR POR AQUI
Es poder sobrevivir si nos lo proponemos.
Aunque sea tristes.
Que la tristeza es a veces el tocar fondo para empezar la subida.
Besos.
besos
Pero por esta vez admito que hay lógicas que solo son juegos del pensamiento, y que es cierto, cuando alguien depende de ti, te atas tu misma a la realidad y sigues adelante con lo que sea.
Gracias por tu sabiduría
Enhorabuena, será un placer visitarte.
besos.