Pájaros

No estoy segura de estar despierta, desde lacama veo una neblina gris con un punto de luz que igual puede ser del amanecer o del anochecer. Una mano me toca imprevistamente la cara, es la mía. Llevo más de una semana siendo fea, hay ropa tirada por el suelo y un plato en la estantería con los restos de la cena de anoche. O sea, migas del sándwich y de patatas de bolsa. Del cuello para abajo la piel se acurruca feliz en su simpleza de tibiedad, un animalito que no quiere despertar. Desde mi espalda a mis tobillos parece salir un mormullo indiferente ¿para qué nos vamos a levantar? Entonces recuerdo, que llevo más de una semana siendo fea, que debo tener un grano de bruja en la nariz y que fuera ha comenzado a nevar. Que se levante otra, que yo no quiero. Entonces otra mano sube, enreda, intenta despertarme. La miro con curiosidad. Mis manos siempre se salvan, son la única parte. Siempre son hermosas y hábiles, como las de mi madre. Hacen gestos como para decirme, venga, arriba, perezosa, que tienes mucho que hacer. Se enlazan la una a la otra y tiran hacia arriba, haciendo que se estiren todos los músculos, desperezándome. Me apartan el pelo de la cara, y sin preguntarme, cojen la toalla y me llevan a la ducha. Yo me dejo hacer sumisa y adormilada. Regulan la temperatura del agua en el punto exacto que me gusta, me enjabonan, me lavan el pelo, y luego se apartan y me dejan un rato inmovil, bajo el agua tibia. Me acarician un poco, mariposas ligeras, hacen que mi vista baje a observar sus evoluciones. Revolotean por las caderas, por el vientre, por los pechos, diciéndome con gestos, mira tonta, ¿qué es eso que eres fea?.
Después me secan, sin demasiados miramientos, tiernamente eficaces, me desenredan el pelo, me ponen la ropa, no sé porque elegen el jersey verde.
Cuando terminan se quedan colgando a los lados de los costados.
Venga, anda, haz tú algo. Pero lo único que se me ocurre es quedarme mirando el espejo. Las manos son pájaros de cinco alas. Desde ellas me va trepando cierta luminosidad, me va invadiendo el resto de la piel, apoderándose. Tal vez no estaría mal dejarse llevar todo un día por el espíritu de mis manos. A plena conciencia pregunto en voz alta, traviesa ¿no me puedo volver a dormir?
Ambas manos se alzan en un gesto sincronizado hasta mi cabeza, pero parecen reír, meten el pelo detrás de las orejas, y dándose por enteradas, son ellas las que encienden el ordenador, abren los libros y se ponen a redactar.
Yo mientras tanto las miro fascinada volar sobre el teclado.
Comentarios
OTROS DIAS,SON NUESTROS OJOS ,SOBRE PIELES AJENAS......
SI ,SR...HAY DIAS....y dias......jeje
desde el sur
brisssitasssssssssssssssssss
Dichoso cuerpo (¿qué es eso de feo? Ningún cuerpo que dice lo que tú podrá jamás serlo) con tan cálido despertador.
Cúidalas mientras te las tomo leyéndote.
Gracias por esta luminosa alba.
bereni-c, y útiles sobre todo!mas majas ellas...
pues sí, tormentadeletras, que bien vienen a veces esos pilotos automáticos, incluyendo los ojos traviesos!
Seilgard, creo que has dado justo en la diana. La belleza siempre está ahí, solo hay que mirarla, la relatividad de la belleza que nunca es una simple forma.Abrazo
Ybris, me pregunto cuanto tardarían estos gorriones, si los tomases en tus manos mientras lees, en empezar a revolotear: nunca están quietas. Gracias a tí
Bandido, también a tí te miman tus manos?suerte tenemos, abrazo
yameparoparaquenovomites, siempre he creido en esa metáfora, la voz y las manos. Se me ocurre un juego, voy a empezar a adivinar como son las manos de los demás por sus palabras...
Nadie mejor que ellas saben que sólo las auténticas bellezas deslumbrantes, lo son a prueba de bomba.
Besos alados...y salados.
....precioso....
Me permito sugerirte leas, en mi Blog y si tienes tiempo, Despertarse o la hora del autoengaño.
Un fortísimo abrazo.
Abrazo desnudo.
ALGUIEN QUE ESCRIBE ASÍ NO PUEDE SER FEA AUNQUE LO PRETENDA.
besos